Francisco A. Lara D.

Una de las descripciones más sencillas, pero acertadas, sobre lo que son las políticas públicas, es la que las describen como «el gobierno en acción». Pero estas acciones, para que sean admitidas como políticas públicas, deben llenar ciertos requisitos. Implican, en primer lugar, la intervención del gobierno, pues tienen carácter oficial, gubernamental. No responde a iniciativas privadas de filantropía, aunque estas últimas sí pueden ser incluidas como componentes de dichas políticas, siguiendo el principio de la subsidiaridad con el sector privado. Segundo, se realiza con la intención de cambiar una situación dada que es asumida como problema. Tercero, el conjunto de acciones se diseña para la consecución de objetivos puntuales, definidos previamente. Cuarto, las políticas públicas entrañan una dinámica socio-institucional en donde el Estado,

Frente a los múltiples problemas que deben enfrentar todo buen gobierno, y ante la escasez de recursos, las acciones deben ser el resultado de diseños de políticas certificados, basados ​​en procedimientos técnico-científicos. Implica cuatro pasos básicos, un sable:

  1. Identificación y diagnóstico. Conocida como evaluación ex antes: Esto implica que se haga una estructuración adecuada de los problemas, presentar las relaciones de causalidad y prioridades. Para ello se echa mano a todos los recursos que ofrecen las ciencias estadísticas y otros instrumentos de medición, según sea la naturaleza del problema.
  1. Planeación: Que deberá formularse con un pronóstico adecuado de los objetivos que se quieran lograr, que han de ser realistas, además de establecer las etapas necesarias para alcanzarlos.
  1. Ejecución controlada: Además de proveer la logística necesaria para acometer las acciones, las mismas deben estar cronometradas, coordinadas y controladas. Asumiendo las recomendaciones y las observaciones que todo buen proyecto debe incluir. Esto implica que se realicen monitoreos periódicos dentro del proceso de ejecución.
  1. Evaluación final o ex post: Esta es una etapa muy significativa dentro del proceso de las políticas públicas, pues la evaluación final es la que permitirá saber si se lograron los objetivos programados y, por consiguiente, si las políticas fueron acertadas. Según sea la naturaleza del problema a resolver, se establecerán los mecanismos técnicos apropiados para levantar datos objetivos e informes útiles, que den cuenta sobre si hubo aciertos o fracasos.

¿Qué se evalúa de las políticas públicas? Pues, todo. Todo es evaluable dentro de los diseños de políticas públicas. Se evalúan los diseños de políticas en sí mismos. Se evalúan los procesos. Se evalúa la consistencia interna de los objetivos a alcanzar y los medios propuestos para lograrlos, además de la coherencia entre los objetivos y la ideología expresa o subyacente de los gestores de políticas. Se evalúan los resultados obtenidos. Y finalmente, se evalúa el impacto alcanzado por dichas políticas. Las evaluaciones son consideradas como parte del proceso democrático de rendición de cuentas, ya que los recursos que se utilizan salen del presupuesto estatal, lo cual exige eficacia y control. En sentido general, la ciudadanía demanda que las acciones de políticas públicas exhiban resultados que sean permanentes y efectivos.

Un elemento importante a evaluar es la pertinencia de las políticas públicas a ejecutar o ejecutadas. Las evaluaciones, tanto las ex antes como las posteriores a la implementación de las políticas, no permiten decidir sobre estas cuestiones. Otro elemento subyacente que debe hacerse notar es el de las motivaciones: por qué sí a cuentos políticos y no a estas otras. Las políticas públicas son un reflejo de la visión ideológica que prevalece en el grupo político que gestiona el gobierno o, en todo caso, la visión ideológica oficial o subyacente del mismo Estado.

En este sentido, las acciones del Estado están sujetas a evaluaciones de tipo político, pero antes que estas, existen las evaluaciones de carácter técnico. Mediante ellas se determina si hubo o no acierto en dichas políticas, a la vez que se verificó si hubo un manejo correcto de los recursos del erario. Sin un objetivo de conocimiento de sus resultados, la evaluación política sería insustancial y sin fundamentos. La estimación de resultados sirvió así de control sobre los responsables políticos de ejecutar los planes de gobierno, convirtiéndose de esta manera en garantía de una gestión de gobierno eficaz y transparente.

Una condición indispensable para la sostenibilidad de la democracia en un país es que sus habitantes puedan exhibir la conducta propia de la ciudadanía. El ciudadano, como prototipo del individuo implicado y responsable de sí mismo, de su familia, de su entorno urbano, de su país, debe de ser una persona informada, que domina lo que ocurre en su entorno y en su nación. En ese sentido, las evaluaciones de las políticas públicas ofrecen un canal adecuado de información sobre lo que realmente hace su gobierno.

Uno de los recursos utilizados para evaluar los efectos de una política pública en particular es el análisis contrafactual, que consiste en responder la siguiente pregunta: ¿en qué situación estaría la población meta, si no se hubieran ejecutado las acciones de estas políticas? Para ello, se hace una comparación entre los resultados de la evaluación ex antes con los resultados de la evaluación final, a la vez que se monitorean los datos sobre otro segmento de población con iguales problemas y que no haya recibido los beneficios de las acciones de las politicas implementadas. Una aplicación de esta técnica implica que se construyen los escenarios con los controles de rigor, para que las comprobaciones no estén expuestas a sesgos más allá de lo permitido. De ahí que el diseño debe hacerse con el máximo cuidado.

Existen cuatro tipos de evaluaciones aplicables a las políticas públicas. Estas son: la descriptiva, la clínica, la normativa y la experimental.

  1. En la descriptiva se busca determinar los cambios obtenidos por las políticas aplicadas dentro de su ámbito de acción. Sus informes son un perfil de aquellos aspectos que resultaron modificados.
  1. En la clínica se busca determinar si los objetivos propuestos fueron cumplidos, con un apego a lo indicado en los planes y proyectos de las políticas evaluadas. Debe de especificarse que, en este tipo de evaluación, prevalecen los criterios del gestor de las políticas.
  1. En la evaluación analítica se emplea una visión más crítica e independiente, en la que prevalecen los criterios establecidos por los evaluadores, no obstante no coincide con los criterios del gestor de políticas.
  1. Por último, la evaluación experimental se orienta a establecer las relaciones de causalidad entre las políticas públicas aplicadas y sus efectos. Para estos casos se utilizan grupos de control, donde se escoge un grupo poblacional que recibe los efectos de las políticas y otro grupo que no los recibe. A este tipo de evaluaciones pertenece el análisis contrafactual.

Para todos los métodos, los criterios de medición que se adoptan son determinantes para validar los resultados, ellos fijarán los parámetros de aceptabilidad de todo dato o información. En palabras directas, los criterios determinan las técnicas que habrán de usar en las evaluaciones.

En el análisis contrafactual, perteneciente a los métodos experimentales, se busca determinar con exactitud científica en qué grado fueron logrados los objetivos que las políticas públicas se propusieron. Se busca hacer una comparación de contraste entre la población o el grupo meta de las políticas, con otros grupos de control, previamente seleccionados aleatoriamente. Para las comprobaciones se hace uso de las estadísticas, pruebas de medición y análisis, y cualquier otra forma o técnica que pueda usar para levantar informaciones confiables y precisas sobre los objetivos planteados. Las comprobaciones se hacen exactamente iguales en criterios y en proporcionalidad entre todos los grupos, de tal manera de que sus resultados puedan ser comparables. Se busca llegar a conclusiones sobre la base de la acumulación de datos, es decir, se llega por inducción.

El análisis contrafactual es una técnica que permite visualizar y corregir errores futuros, sobre la base del conocimiento obtenido a través de simulaciones controladas, que consigue establecer las relaciones de condicionalidades y de consecuencias. Aplicándolo con rigurosidad, pueden establecerse cuadros acabados de resultados (consecuencias), donde se indiquen sus causalidades. Estos resultados, con toda seguridad, tendrán valor científico concluyente.

FUENTES CONSULTADAS 

Urrutia Martínez, Mabel Alejandra & Vega Rodríguez, Manuel de. «Aproximación a la semántica del contrafactual». Estudios filológicos , No. 49, Valdivia, junio de 2012.

Disponible en línea en: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0071-17132012000100010&script=sci_arttext

Guerrero Amparán, Juan Pablo. «La evaluación de políticas públicas: enfoques teóricos y realidades en nueve países desarrollados». Gestión y Política Pública , vol. iv, núm. 1, primer semestre de 1995.

Disponible en línea En: http://repositorio-digital.cide.edu/bitstream/handle/11651/1820/GAJ_Vol.4_No.I_1sem.pdf?sequence=3